Repositorio Ambiental - Ministerio del Medio Ambiente - Gobierno de Chile

Este cuento compuesto de 10 láminas ilustradas y un breve texto, nos cuenta de los impactos de la acción humana en el océano, a través de la historia de un niño que por primera vez visita la playa. En la historia, vemos las dificultades que enfrentará el niño para poder disfrutar del mar, producto de la contaminación que está afectando al océano y la playa. El niño decide actuar, y junto a otros niños va a limpiar la playa descubriendo que la mayor parte de lo que hay son residuos que se pueden reciclar, ¡no basura! Los niños trabajan juntos separando los residuos, y escalan su iniciativa a una conversación con las autoridades locales. En esta narración visual se utiliza la técnica Kamishibai, que en japonés quiere decir “teatro de papel”. Es una forma de contar cuentos que es muy popular en Japón y que actualmente se ha extendido a lo largo del mundo. Suele estar dirigido a niñas y niños pequeños y es utilizado en muchas ocasiones como recurso didáctico. Está formado por un conjunto de láminas que tiene un dibujo en una cara y texto en la otra. Su contenido, generalmente en forma narrativa, puede referirse a un cuento o a algún contenido de aprendizaje. En este caso, al elaborar el kamishibai en formato digital, la educadora tiene la opción de presentarlo a través de una voz que va narrando el texto, o bien presentar las ilustraciones en formato PDF e ir ella misma o los niños/as relatando la historia

Inicio: La educadora presenta el kamishibai y motiva a los niños/as para que escuchen la narración “¡Vamos a la playa!”. A modo de introducción pregunta: ¿Quiénes han ido a la playa? ¿Cómo ha sido la experiencia

Desarrollo: La educadora comienza la lectura y va mostrando las láminas. Una vez finalizado, revisa junto a los niños/as las láminas para que, a través de preguntas y respuestas, sean ellos quienes relaten lo que sucede ¿Con qué se encontró la familia al llegar a la playa? ¿Qué les relató el salvavidas? ¿Qué acciones tomó el niño, la comunidad para cumplir la misión? ¿Qué les dijo el alcalde? ¿Qué podemos hacer nosotros para ayudar al niño? Recoger las ideas que los alumnos propongan y anotarlas en la pizarra o papelógrafo.
Luego la docente muestra la lámina de los contenedores de reciclaje y pregunta a los niños si conocen o han visto en su barrio, cerca de la escuela o jardín o dentro del mismo centro educativo “puntos limpios”, destacando su función de ofrecer a la comunidad un lugar donde depositar de manera separada los residuos que generamos .
Recordar cómo clasifica el niño del cuento “Vamos a la playa” los residuos que encontraron.
Preguntar qué residuos se depositan en los contenedores en la casa/jardín/escuela. Recogidos los comentarios, entregar una lámina con cuatro contenedores (amarillo- plástico; café-orgánico; verde-vidrios; gris-metales y latas), y revistas para que los niños recorten y clasifiquen los recortes en el contenedor que corresponde.

Cierre 1: Se invita al grupo a dibujar una acción para no generar desechos plásticos que terminen en el océano. Cada niño/a muestra su dibujo al grupo explicando la acción. Los dibujos son expuestos en el diario mural de la sala. Los niños/as reflexionan en torno a cómo se pueden gestionar los residuos y cuidar el mar.
Cierre 2: los niños muestran su trabajo al grupo y explican cómo clasificaron los residuos en los contenedores.

Sugerencia al docente
Se sugiere articular el uso de este recurso con el PowerPoint “Un residuo, un recurso” y la animación “Un residuo, un recurso”.

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